Quizás haya encontrado en ti la razón de vida
al sentir nuevamente esperanza aquí en mi pecho
porque tú hallas valor en cada uno de mis hechos
y hasta en lo más mínimo que todo el mundo olvida.
A veces de mí mismo me descuido sin medida
y ciegamente a lo que construyo sin notarlo lo desecho
mientras tu entusiasmo me anima a sacarle a mi labor provecho
y esto hace que tenga nuevamente deseo de seguir en esta vida.
Tu presencia me hace sentir tan fuerte
y tan valiente que de nada temería la muerte
al hacer renacer contigo a todos mis sentidos.
Tú matas con tus tibios labios mi tristeza
y quedo quieto con la cercanía de tu pureza
y te siente mi corazón en todos sus latidos.
(Juan Antonio Rodriguez, hijo)
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